Manejo de la vaca lechera en el periodo de transición

Bio Zoo Manejo de la vaca lechera en el periodo de transición

Manejo de la vaca lechera en el periodo de transición

Autor para correspondencia MVZ. Armando Galán Madrigal.

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El ciclo de producción de una vaca lechera está formado por diferentes etapas en las cuales sus necesidades van cambiando. Una de las etapas de mayor exigencia en su vida es el periodo de transición, que comprende 21 días antes del parto y 21 días posparto. Durante los 21 días preparto, la vaca tendrá cambios fisiológicos, metabólicos y nutricionales que serán determinantes para el parto y la siguiente lactación. En las 3 semanas posparto se registran el mayor número de padecimientos y trastornos debido a los altos requerimientos de nutrientes o a la incapacidad de la vaca para adaptarse a las nuevas condiciones que le exige la alta producción. Las principales enfermedades que se presentan durante el posparto son hipocalcemia o fiebre de leche, hipomagnesemia, problemas de cetosis, metritis, retención de placenta y desplazamiento de abomaso.

Todas las enfermedades que se presentan durante este periodo van a afectar el bienestar de las vacas, comprometiendo su salud y la producción. El monitoreo de las vacas durante todo el periodo de transición ayuda a reducir el riesgo de presentar una afección o en caso de presentarla, detectarla oportunamente para comenzar a tratarla rápidamente y tener una rápida recuperación con el fin de disminuir las pérdidas productivas y los daños reproductivos asociados con algunas de estas enfermedades.

El periodo de transición se verá influenciado de manera positiva por un correcto secado de la vaca, debe iniciarse 60 días antes de la fecha esperada de parto, en estos 60 días, damos tiempo para que la glándula mamaria tenga primeramente una involución del tejido funcional, después, un tiempo de descanso de la producción, por último, una buena preparación para iniciar con la producción de calostro y continuar con la siguiente lactación. El inicio del periodo de secado representa una condición de mucho estrés para la vaca, convergen el cambio en la dieta, el movimiento a un corral distinto, la convivencia con vacas diferentes y el avanzado estado de gestación, por eso se debe tratar de reducir en lo posible el estrés, dar un espacio confortable para su estancia y de ser posible movilizar animales entre corrales solo una vez por semana, para evitar mantener el estado de alerta en el corral todos los días, reduciéndolo solo al día de movimientos.

Otorgar el espacio de comedero necesario por vaca, espacios adecuados y suficientes para descansar, que estos se encuentren limpios y secos son prácticas de manejo que tendrán influencia positiva sobre el comportamiento de la vaca preparto, evitando el estrés por tener que competir con otros animales para cubrir sus necesidades de alimento y descanso. Otro objetivo del periodo preparto es que el rumen de las vacas logre adaptarse a las dietas con altos aportes de energía que serán ofrecidas durante la lactancia. Esta adaptación deberá iniciarse alimentando con dietas preparto desde el día 21 antes de la fecha prevista de parto. Además, esta dieta es conveniente que sea baja en calcio con el objetivo de preparar a la vaca para que la homeostasis del calcio se active de forma óptima al inicio de la lactación, favoreciendo la absorción intestinal y una rápida liberación ósea al parto, reduciendo el riesgo de presentar problemas de hipocalcemia. Durante este periodo también es de gran utilidad la administración de vitamina E y selenio, se ha visto que su aplicación reduce las patologías uterinas y mejora la tasa de gestación en vacas Holstein.

En el corral de partos se deben hacer revisiones continuamente para detectar los primeros signos de parto, y de ser necesario intervenir para ayudar a la vaca a parir, en caso contrario solo se debe cuidar que todo transcurra de manera normal. Posteriormente, las vacas recién paridas deberán ser monitoreadas para detectar cualquier anomalía, la detección temprana de animales enfermos ayudará a implementar tratamientos oportunos, reduciendo los problemas que pudieran generarse, la revisión de la temperatura puede funcionar como un indicador adecuado para la detección de anomalías.

Si en el parto hubo intervención para ayudar a la vaca a parir, será necesario la administración de antibióticos y antiinflamatorios para reducir el riesgo de complicaciones derivadas por la manipulación excesiva. También es importante que durante todo el puerperio se mantengan revisiones periódicas en las vacas para conocer su estado de salud y evitar la aparición de endometritis u otros problemas reproductivos que pudieran aumentar los días abiertos.

Por lo general, los problemas metabólicos también suelen presentarse en los primeros 3 a 5 días después del parto, esto se debe a la exigencia que genera la producción de calostro y/o leche en la vaca recién parida, en caso de diagnosticar alguna descompensación metabólica, la administración de soluciones intravenosas de calcio, o aminoácidos con vitaminas pueden ayudar a la recuperación de las vacas afectadas.

El uso de indicadores electrónicos que miden el comportamiento de la rumia, contadores de pasos o acelerómetros, pueden ayudar a detectar problemas subclínicos durante el periodo de transición, permitiendo la implementación de tratamientos para corregir las afecciones rápidamente y evitar que lleguen a su fase clínica.

El periodo de transición es una de las etapas más críticas a las que se enfrentará una vaca durante toda su vida productiva, y tendrá una gran influencia para la siguiente lactación, además, algunos problemas mal manejados pueden tener consecuencias negativas a futuro, reduciendo la vida productiva de la vaca afectada. A medida que se intensifica la explotación en hatos lecheros, se aumenta la necesidad de afinar cada día más los manejos de la vaca en transición. Es de suma importancia mantener estrictos controles antes, durante y después del parto, para prevenir las enfermedades más comunes en esta fase, o en caso de presentarse, diagnosticarlas oportunamente para comenzar los tratamientos a tiempo y reducir el impacto negativo de la fase de transición en los parámetros reproductivos y productivos del hato.

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